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La Embajada de Colombia en Corea presentó la película colombiana "La defensa del dragón" en la Universidad de Corea

Asistentes a la exhibición junto al escritor colombiano Andrés Solano y el profesor Sebastián Patrón. Foto: Embajada de Colombia

Seúl (dic. 23/19) Como parte del Plan de Promoción de Colombia en el Exterior, la Embajada de Colombia en Corea, en alianza con el Instituto de Investigación de Convergencia de Civilizaciones y el Centro de Literatura Comparada de la Universidad de Corea, proyectó la película colombiana "La Defensa del Dragón".

Posteriormente, el escritor colombiano Andrés Felipe Solano y el profesor Sebastián Patrón Saade realizaron un conversatorio sobre el largometraje. A la actividad asistieron treinta personas entre estudiantes de la Universidad de Corea, la Universidad de YongIn y la Universidad Sunkuyngkwan.   

Andrés Felipe Solano vive en Seúl y su libro Corea, apuntes sobre la cuerda floja ha sido traducido recientemente al coreano. Sebastián Patrón enseña español y literatura latinoamericana en el Departamento de Español en la Universidad de Corea.

El Plan de Promoción de Colombia en el Exterior es una herramienta de diplomacia cultural del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, cuyo propósito es apoyar el logro de los objetivos de política exterior del Estado colombiano.

SOBRE LA PELÍCULA

Samuel, Joaquín y Marcos son tres viejos amigos que pasan sus días en el centro de Bogotá, entre el legendario club de ajedrez Lasker, el Casino Caribe, y el tradicional café La Normanda. Samuel es un ajedrecista profesional que vive de apostar en pequeñas partidas que sabe ganadas. Su mejor amigo es Joaquín, un consagrado relojero que está a punto de perder el taller que heredó de su padre. Marcos es un homeópata español que se dedica a buscar la fórmula para ganar en el póquer. Estos tres hombres se han refugiado en la seguridad de sus rutinas para no tener que asumir sus derrotas esenciales. Pero llega un momento en que la realidad los confronta y los hace tambalear. Entonces tendrán que tomar decisiones que ponen en riesgo esa seguridad, decisiones aparentemente intrascendentes que sin embargo los obligarán a replantear su lugar en el mundo. Mientras Samuel entrena a un pupilo para el campeonato local de ajedrez, Joaquín intenta mantener a flote su taller, y Marcos averigua por qué su hijo no le ha vuelto a mandar su pensión. Entre sucesos que afectan la cotidianidad, estos hombres entenderán que nunca es tarde para arriesgarse a perder.